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17.7.21

Sueños extraños

He tenido un sueño muy raro. Hoy me tiré en la cama tras días sin dormir mucho, no porque no pudiera, pero algunas noches a veces me cuesta más. Le doy vueltas a las cosas. Me visita la ansiedad por la noche y no tengo un café o un té preparado para recibirla. Viene de sopetón, como una hostia.

Mucho caminé en unas calles que no conozco, mucho caminé en una ciudad que me habían explicado hace mucho tiempo cómo era. O me lo habían descrito en un escrito, más bien.

A veces me encontraba en un mirador, y veía gente sin verla. Como siluetas. A veces, me cruzaba con un olor peculiar que se me pegaba a la ropa: el del tabaco. 

Pero yo no fumo, ni fumaba en el sueño. Se volvía como una niebla que venía de alguien en una multitud. Era una ciudad gris. Era gente gris. Era París.

O eso ponía en los carteles del teatro que aún reproducía los posters del afamado Alphonse Mucha.

Me recordaba mucho a alguien.

Era vívido, sentía que si me tropezase me iba a caer de morros y me iba a doler. Como siempre, mi consciencia en los sueños es casi omnipotente. Entiendo lo que ocurre, puedo irme cuando quiera. Puedo despertarme si quiero.

Entendí qué era ese sueño. Y no quería encontrármelo. Aunque ya sabía de donde venía el olor a tabaco.

¿Aún sigues caminando por las calles de París?

Yo las pisé y me tropecé. Desperté y volví a la rutina. Demasiado vacía y gris.

Era la segunda vez que huía de ti en un sueño. Pero desgraciadamente se me quedó el olor a tabaco.

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